domingo, 27 de marzo de 2011

¿por qué no hay pollitos en el huevo de mi nevera?


Érase una vez una gallina llamada Lola, que quería tener pollitos, así que cuando se hizo lo suficientemente mayor comenzó a poner huevos.

todos los días ponía 3 o 4 huevos, y todos los días el granjero se llevaba sus huevos.
Lola estaba desesperada, porque claro, ella quería empollar sus huevos para que salieran pollitos. Así que un día decidió engañar al granjero y poner un huevo en un rincón del gallinero.
y cuando el granjero recogía los huevos de la mañana se iba corriendo a incubar su huevo para que saliera su pollito.
Se pasaba los días encima de su huevo, pero nada, no parecía que fuera a salir ningún pollito.

Un día, en que Lola estaba empollando su huevito ya desesperada... pasó por allí una paloma que le preguntó : ¿qué haces ahí, fuera del gallinero, empollando?
- Pues incubando mi huevo porque quiero tener un pollito- dijo Lola orgullosa.
- ¿Y por qué no lo haces en el gallinero? - le preguntó la paloma curiosa.
- Porque el granjero se lleva todos los días los huevos que pongo y he escondido este para mi.
La paloma la miró sorprendida y le dijo: - ¿entonces te has traido un huevo así , sin más?
- Claro- dijo Lola- ¿qué más necesito para tener un pollito?

La Paloma empezó a reirse y no podía parar, tanto se rió que se cayó del árbol y seguía riendo y riendo.
Lola se enfadó mucho, no le gustaba que se rieran de ella de esa forma. así que se acurrucó y cerró los ojos haciéndose la sorda para no oir a la paloma.

Pasó por allí un caballo y le preguntó lo mismo, y también se rió de Lola 



 Lola comenzó a ponerse triste, no entendía por qué a todo el mundo le parecía tan gracioso que ella quisiera tener un pollito, y para colmo su huevo no parecía que fuera a abrirse... comenzó a ponerse blando... Lola estaba un poquito desesperada. Todos los días volvía al gallinero y todos los días esperaba que el granjero se llevara sus huevos para salir corriendo a cuidar a su pollito... y su huevo parecía que cada día estaba más blando...
Hasta que un día su huevo se rompió y olía faltal ... Lola no se lo podía creer, se puso muy triste y se marchó al gallinero.
tan triste estaba que no ponía ni un huevo.



Ocurrió que un día  llegó al gallinero un Gallo
Era grande, de muchos colores y muy guapo. A Lola le pareció un príncipe.
El gallo se llamaba Pepe, y en cuanto vió a Lola tan triste y tan buena no pudo evitar acercarse a ella y preguntarle qué le ocurría.
Lola le contó lo que le había pasado y Pepe no se rió, la miró con ternura y le dijo que él la ayudaría, porque para que los huevos de una gallina puedan tener pollitos las gallinas tienen que tener a un gallo que sea su papá.
Lola lo miró asombrada y decidió que le gustaba mucho Pepe, así que a partir de ese día siempre estuvieron juntos y todos, todos los huevos que ponía Lola tenían pollitos.